InfantilLeidor Zinema

BOTADUN KATUA

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BOTADUN KATUA

Tolosa 20400 Gipuzkoa

I

Duración: 59′. Edad recomendada:  3-9 años

 

En una vieja aldea, hace ya mucho tiempo, una anciana abuela reunió a sus tres nietos. La madre y el padre de las niñas estaban fuera de casa, debieron irse a otro lejano lugar para conseguir el pan y el sustento. Por ello, la abuela decidió poner a prueba a sus nietas para que dieran la importancia que tiene a la constancia, al trabajo y la capacidad de superación.

Aquel día la abuela juntó a sus nietas y para cada una de ellas preparó un objeto como herencia, como elemento principal para una prueba. Con aquel objeto en cuestión cada joven debía tratar de recuperar la magia del castillo y con ello abrir su puerta. Hacía un tiempo ya que el castillo había perdido su luz y su color. La misión de las nietas sería, por lo tanto, recuperar la luz y el color perdidos del castillo. Es decir, que el castillo volviera a recuperar la magia que lo había apagado.

La abuela no dio especial importancia a los objetos con los que las nietas debían recuperar la magia del castillo, ya que lo que más importaba era el ingenio y no lo material, sino las posibilidades que cada nueva puerta, cada experiencia nos pueda brindar. La buena señora cogió lo primero que encontró en su casa. Una cazuela para la primera, un pedazo de tela para la segunda y unas botas viejas para la tercera. La primera con la cazuela intentó hacer el pastel más sencillo del mundo pensando que así el castillo recuperaría la dulzura perdida.

La segunda con la tela creó e hizo malabares simplones y facilones, que no eran capaces de sorprender a nadie por su bobería. La tercera no supo qué hacer con las botas que le fueron dadas, hasta que llegó un gato. Un gato al que las botas le iban que ni pintadas. Y es que precisamente, pintadas fue como pasaron las noches, y muchos de los días en su camino al castillo.

El gato propuso al tercer nieto pintar y revivir cada una de las historias de los caminos aldea, recoger todos los cuentos de la abuela así como de sus ancestros. Hablaron con otros animales que les contaron lo que aconteció en el pasado, escucharon las voces de los árboles y leyeron las páginas de cada libro de la vida y la naturaleza. De esta manera y con la magia de la pintura plasmaron y revivieron cada uno de los episodios que habitaban dormidos en el imaginario de la aldea. Con el trabajo y el ingenio volvieron despertar la ilusión perdida del castillo y sus puertas se abrieron.

El castillo recuperó la magia perdida en una fiesta que la abuela celebró junto a sus nietos y nietas. Una celebración al trabajo y la constancia, así como a la importancia de los hechos ocurridos que jamás deben perderse en el olvido.

 

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